Autor: Shana Gray
Género: Romántico, Contemporáneo
Editorial: Titania (Urano)
Páginas: 288
Sinopsis: Siete días para enamorarte. ¿Quién será
el hombre de la semana?
Tess
Canyon tiene un objetivo claro: limpiar el nombre de su padre y vengar su
muerte tras haber sido acusado de malversación de fondos en Diamond
Enterprises. Y ahora se le presenta la oportunidad. Hay una vacante al puesto
de secretaria de dirección y ella es una de las candidatas. Tess está decidida
a superar la entrevista de trabajo… Aunque ésta dure una semana entera y deba
enfrentarse a una serie de pruebas complicadas para demostrar su valía. Cada
día conocerá a uno de los directivos de la compañía:
Señor Lunes.
Señor Martes.
Señor Miércoles.
Señor Jueves.
Señor Viernes.
Señor Sábado.
Señor Domingo.
No
será una semana fácil y las decisiones pueden ser complicadas, sobre todo
cuando la atracción está presente y Míster Lunes se convierte en una
distracción tan sexi. ¿Tomará Tess la decisión correcta? Y lo más importante,
¿será capaz de llevar a cabo sus planes de venganza?
La
verdad, antes de nada tengo que decir que este libro no lo empecé con muchas
expectativas. La sinopsis me recordaba bastante a Calendar Girl con la
diferencia de que, en vez de 12 meses, la historia de amor se desarrolla
únicamente en una única semana.
La
historia está contada en primera persona por nuestra protagonista, Tess Canyon,
que ha decidido vengarse de la empresa que despidió hace años a su padre y le
destrozó la vida a su familia. Tess se presenta al puesto de secretaria con la
intención de dinamitar la empresa desde dentro así que acepta enfrentarse a
siete pruebas durante los siete días de la semana. Así, cada mañana el Señor
Lunes la recoge en su apartamento con un café traído en helicóptero desde Costa
Rica (y yo siendo una cutre que se conforma con un café con leche) y la lleva
en limusina hasta la empresa, donde Tess debe trabajar para un director
diferente cada día, al cual se tendrá que dirigir como Señor y el día de la
semana en el que nos encontremos. Estos hombres, según Tess, son dioses hechos
carne y, al parecer, los únicos que pueden dirigir la empresa ya que las
mujeres brillan en esta novela por su ausencia.
Ahora
bien, cuando empecé a leer esta novela y me encontré con la venganza como idea
principal pensé que lo había prejuzgado y que de verdad me iba a sorprender.
Sin embargo, al final la autora me ha decepcionado recurriendo a esta idea
únicamente al final libro y de una forma tan previsible… cuando realmente es
un tema al que se le podía haber sacado mucho más jugo durante las casi 300
paginas. También tengo que comentar que hay ciertas conversaciones absurdas y completamente irrelevantes y, no solo eso,
sino que además te introduce párrafos que te hacen desconectar completamente de
la conversación y que te hacen olvidarte del tema que se estaba tratando. Por no hablar de que la protagonista está tan normal y de pronto se ha
enamorado hasta las trancas de uno de estos “magníficos” hombres y ya no puede
vivir sin él y, por supuesto, sabe perfectamente como se siente y qué es lo que
le pasa porque le conoce desde hace… ¿cuánto exactamente? ¿doce minutos, una
sonrisa y un cruce de miradas?.
Por
último también me gustaría comentar que, a pesar de que me encanta que los
autores hagan referencia a otras novelas, si vas a hacer una referencia a Alicia en el País de las Maravillas, utiliza algo más que simplemente la
madriguera del conejo (y digo hacer referencia, no copiar descaradamente un
helicóptero, bondage y corbata gris ¿veis por donde voy?). Y ya las perlas
machistas que suelta la protagonista de vez en cuando creo que sobra
comentarlas.
Sinceramente,
me da rabia que Working Girl haya roto mi racha de buenísimas lecturas de 2018
y solo puedo deciros que si queréis leer una novela para desconectar podéis
hacerlo con Working Girl pero, sin duda, para mí ha pasado sin pena ni gloria y
no voy a recordarla como una buena lectura, ni siquiera como una lectura
divertida, solo puedo decir que ha sido “entretenida”.
2.5/5 |
No hay comentarios:
Publicar un comentario